Delegar es un aspecto central para la gestión eficiente del trabajo en equipo. Consiste básicamente en transferir hacia un colaborador la realización de  una tarea, junto con la responsabilidad, la autoridad y el poder asociados al cumplimiento de esa tarea. Se trata de una habilidad que tiene sus complejidades, ya que detrás de este simple acto  trabajan densas fibras emocionales y simbólicas relacionadas a la confianza, al ego y a la necesidad de control inherentes al ser humano.

Hay algunos factores que típicamente son obstáculos a la hora de delegar tareas de manera eficiente. ¿Sos de las personas que te gustan que las cosas se hagan “a tu manera”? ¿Sentís la necesidad de ocuparte personalmente de todo? ¿Estás convencido que nadie puede hacerlo mejor que vos? Si esto te suena familiar, tené en cuenta estos factores que pueden estar limitando tu capacidad de liderar a tu equipo y hacer realidad un trabajo verdaderamente  colaborativo.

Factor 1: Doble confianza.

Delegar implica confiar por partida doble. En primer lugar, en el colaborador que recibe la tarea, pero por sobre todo, en uno mismo. Para confiar por partida doble, es necesario  conocer la realidad de la organización y sentirse seguro con los demás y con uno mismo, para abrir espacios y responsabilidades. Para fomentar la confianza hacia uno, uno debe proyectarla en primer lugar hacia los demás.

Factor 2: Comunicación y herramientas.

Una buena comunicación es central a la hora de delegar una tarea o responsabilidad. Todos los aspectos de lo que se delega tienen que estar bien claros, estableciendo metodologías, contenidos y plazos de entrega bien específicos. Es decir, que las clásicas preguntas sobre el qué, dónde, cómo y cuándo deben estar bien respondidas en todo lo que se delega. Por otra parte, más allá de lo descriptivo de la tarea, hay que brindar soporte y herramientas, por ejemplo en la capacitación necesaria que requiere el colaborador para llevar adelante la tarea encomendada. 

Factor 3: Quién hace qué tarea.

Elegir adecuadamente quién hace qué dentro del equipo es parte del proceso de una delegación más eficiente y productiva. En este aspecto, no solo es importante conocer quiénes son los más capaces para tomar determinada responsabilidad,  sino que también es clave entender que no debemos sobrecargar al empleado más capaz. De lo contrario, estaremos  limitando las capacidades y productividad del equipo. Delegar tareas simples y sin demasiadas complicaciones a los diferentes miembros del equipo es una muy buena forma de conocer los límites, las capacidades y el potencial de cada colaborador.

Factor 4: Evaluar para recompensar.

El proceso de delegación genera un aprendizaje continuo, tanto para quien delega como para quien recibe la tarea. De igual modo, la evaluación y la recompensa son pasos esenciales que no deben descuidarse. Evaluar implica conocer en profundidad cómo fue realizada la tarea, si se cumplieron los plazos comprometidos y qué parte del proceso tuvo sus complicaciones. La recompensa, por otra parte, debe estar marcada por el refuerzo positivo, poniendo foco en evitar las críticas duras, en acompañar las soluciones posibles con explicaciones sobre los errores cometidos y en mantener alta la motivación del colaborador y su equipo.

Factor 5: Dejarse llevar.

Hay que ser conscientes que no se puede controlar todo. De hecho, el líder que pretende controlarlo todo, está destinado al fracaso, ya que no solo limita las posibilidades de crecimiento del equipo sino que además, pone enormes frenos a su propio crecimiento y seguramente al de la propia empresa. Por ello, es importante liberarse de ataduras y dejarse llevar para lograr que los demás integrantes del equipo hagan su mejor trabajo posible. Para ello, debemos tener en cuenta los 4 factores anteriores descriptos, teniendo claros los objetivos, desarrollando la confianza en uno mismo y en los demás, implementando buena comunicación y herramientas, distribuyendo las tareas al equipo correcto, evaluando y recompensando para mantener el mejor clima laboral logrando la colaboración, la responsabilidad y el compromiso de cada uno de los componentes del equipo.

¿Ya estás listo para empezar a delegar e impulsar a tu equipo y a tu empresa a la obtención de logros relevantes?