La pregunta por la felicidad vuelve cada día a nuestros pensamientos. Nos preguntamos si el trabajo es realización o condena, si el tiempo que utilizamos en la oficina es gasto o inversión, si somos nosotros quienes tenemos las riendas de nuestras vidas, o si, por el contrario estamos inmersos en la trama de la pasividad, esperando que el tiempo pase para irnos, por fin, a casa.

Sin embargo, hay una nueva tendencia que ha encontrado simples respuestas a estas preguntas. Se trata del happyshifting. Casi por definición, la vida laboral del happyshifter gira en torno a la felicidad. ¿Es tan fácil? Pareciera ser que sí, lo es. Para entender mejor esta extraña espiritualidad laboral, van aquí  cinco características del fenómeno:

  • La felicidad es el centro... y el sueldo es complementario: A la hora de decidir, el happyshifter siempre escoge un buen ambiente laboral y un proyecto interesante antes que un mejor sueldo. Esto indica a las claras que la felicidad se elige, y que no es producto de variables externas. Trabajo y dinero son secundarios, y si en el puesto actual no hay felicidad, los happyshifters buscan nuevos rumbos para privilegiar lo que es más importante para ellos.
  • Autorrealización: Una de las principales motivaciones de la felicidad es la realización personal. Ya sea que esté en una gran empresa, en una PyME o en un emprendimiento propio, el happyshifter busca progresar personalmente por encima de los beneficios y el salario. Esto se traduce en que habitualmente trabajan con objetivos definidos, en proyectos que los motivan y los interpelan. Así, escapan de la pasividad de los trabajos en los que no ponen en juego la pasión.
  • Es solo una cuestión de actitud: La positividad y la proactividad son características fundamentales del happyshifting. Esto tiene un correlato revelador, que indica que si nos permitimos ser infelices en el lugar de trabajo, es enteramente culpa nuestra. ¿Ingenuidad? Mejor dicho, una cuestión de actitud. Decidir la positividad por sobre la negatividad implica también elegir hacer cosas que nos gustan, encontrar la veta de la felicidad aun cuando todo parece contrario a nuestra voluntad.
  • La oficina es el lugar donde uno es feliz: Teniendo como premisa la felicidad ante todo, una vez que se encuentra en el lugar indicado, el happyshifter se siente en su hogar. Ser feliz en el lugar de trabajo significa estar atento a lo que sucede, trabajar con dedicación y conocer a los colegas y a los colaboradores. Por la mañana siente deseos de estar ahí y comenzar a perseguir sus objetivos.
  • Compromiso y profesionalidad: Ser feliz en el trabajo quiere decir que se es feliz trabajando, y no evitando trabajar. Por eso el happyshifter es un profesional de alta performance. Mantiene una relación honesta con sus superiores, ya que defiende el lugar que hace posible su felicidad. Por lo tanto, precisa un feedback constante porque no se conforma con lo que le dan. Busca mejorarse y mejorar a los demás y tiene un alto nivel de compromiso con la misión que lo identifica.

Después de leer sobre esta novedosa tendencia, quizás te sorprendas y, sin saberlo, vos también seas un happyshifter.