A la hora de presentar una renuncia en un trabajo, siempre genera incertidumbre saber cómo va a actuar tu jefe cuando le des la noticia. Por más que la relación entre ambos sea excelente, la duda de cómo sería su reacción va a estar siempre: ¿va a sentirse decepcionado? ¿Te rogará para que te quedes? ¿Te entenderá y va a desearte suerte de cara al futuro?

 

Cuando tengas ya tomada la decisión de renunciar, es muy importante que puedas contar con un margen mínimo de dos semanas de preaviso para que tu jefe tenga la posibilidad de organizar la redistribución de tareas. También, es clave que tengas en mente y estes preparado para estas posibles reacciones, que son las más naturales en un jefe o superior cuando alguien toma dicha decisión:

 

Intentar retenerte. Si tenes una gran relación con tu jefe, de confianza, de respeto mutuo o simplemente la razón de tu renuncia está vinculada a la búsqueda de mejores condiciones laborales, puede ser que te ofrezcan un aumento, un ascenso o un nuevo desafío para que reconsideres la decisión y decidas quedarte. Esto, suele suceder en los casos de puestos difíciles de remplazar o de perfiles muy específicos.

 

Solicitar que te quedes más tiempo. En este caso, tu encargado puede pedirte que esperes hasta que la empresa encuentre tu remplazo y logre capacitarlo de la mejor manera, es decir, que extiendas ese plazo del preaviso mínimo de 15 días. Esto puede darse en casos de empleados que trabajan hace muchos años en la empresa, en momentos de gestión de un proyecto importante o cuando hay un pico de trabajo.

 

Pedirte que efectúes la renuncia en el momento. Tiende a ser la reacción más temida por parte del empleado. Al comunicar que vas a irte de la empresa con dos semanas de anticipación que tu jefe te pida que dejes de trabajar ese mismo día, puede transformarse en una situación crítica pero viable. Suele verse en algunas industrias de sectores muy competitivos o sensibles, pero sobre todos los casos, se ve cuando un empleado decide irse a trabajar a la competencia.

 

Aceptar tu renuncia de mala forma. Otra reacción posible, por parte de tu jefe, es no tomar una medida inmediata como mencionamos en el caso anterior, pero que te deje bien en claro que no está para nada contento con tu decisión. En este caso puede ocurrir que tus próximas dos semanas laborales, previo a tu salida, se transformen en algo tedioso, con comentarios negativos y situaciones tensas que te generen culpa por la decisión que tomaste. Puede ocurrir en los casos que tu relación con el empleador no fue la mejor, por eso es importante mantener siempre una actitud positiva hasta el momento de irte.

 

Aceptar tu renuncia en muy buenos términos. La reacción más común, suele ser que acepte tu renuncia, entienda los motivos de tu decisión y te felicite, sobre todas las cosas si construyeron un vínculo sano en el tiempo de trabajo en conjunto. Sin importar tu destino o tu motivo de renuncia, él va a estar contento de que crezcas y avances como profesional, te tomes un año sabático o decidas emprender de manera personal. En estos casos, seguramente tu jefe sea el encargado de realizar la organización de tu despedida.

 

Cada trabajo y cada relación es un mundo, por eso, previo a enfrentarnos a esta situación de tener que encarar al jefe y comentarle sobre la decisión tomada, podemos anticiparnos leyendo las señales y así lograr tener la mejor conversación posible. No hay que olvidarse que los vínculos son la base del networking y lograr tener un buen vinculo de relaciones profesionales, va a ser la clave para crecer de cara al futuro en tu carrera profesional.