Nunca mejor aplicada la frase “Lo esencial es invisible a los ojos” que cuando hablamos del clima laboral. Aunque no lo veamos de forma concreta, el clima o ambiente laboral es esencial para que una organización funcione correctamente y tenga perspectivas de crecimiento. 

El clima del que no siempre se habla.

Empecemos por lo básico, hablando del clima. Un día de sol o de lluvia puede transformar todos tus planes. No es lo mismo cumplir años en invierno que en verano. Lo mismo sucede con el clima laboral: puede potenciar el talento de tu equipo o puede estancar las metas de tu empresa. El desafío está en que no se detecta a simple vista mirando por la ventana. Y aunque tiene un impacto crucial en la vida de las empresas, no siempre se aborda con la importancia que amerita.

Para empezar, definir el clima laboral resulta bastante complejo. Desde la perspectiva del trabajador, es el conjunto de condiciones y percepciones que ayudan a lograr su satisfacción en el lugar de trabajo. Desde el punto de vista de la organización, es la suma de factores que inciden no solo en el ambiente laboral, sino en la productividad y desempeño del equipo. 

Desde los espacios físicos y las herramientas de trabajo, hasta el estado de ánimo de los compañeros, son muchos los elementos que influyen en el ambiente laboral. Lo que es indiscutible es que un ambiente positivo, agradable y estimulante, mejora la motivación de los colaboradores, y por lo tanto su rendimiento y su compromiso con la empresa. Esto impacta positivamente en los resultados de negocio a corto plazo (las jornadas son más productivas), y también en el largo plazo, ya que hay un mayor cumplimiento de objetivos y se logran mayores niveles de retención. 

 

Waiter serving a drink to woman sitting at a table.
Waiter serving a drink to woman sitting at a table.

“Pronosticando” un buen clima laboral

Como dijimos, los factores que impactan en el ambiente laboral son múltiples, tangibles e intangibles. 

Los factores tangibles también son variados, desde  aumentar un salario hasta colocar un dispensador de agua en la oficina. Sin embargo, las mejoras materiales solo contribuyen a mejorar el clima si se perciben positivamente por parte del equipo. Por eso, siempre deben ir acompañadas de los componentes intangibles que hacen al clima laboral: los valores y los gestos.

Los estudios señalan que el equilibrio entre el trabajo y la vida privada es el factor más determinante en el ambiente laboral. Encuestas revelan que para el 53% de los empleados, el buen balance entre estas dimensiones de su vida es la principal motivación para mantenerse en un empleo. 

¿Cómo lograr esto? Mediante una estrategia efectiva de clima laboral, con acciones impulsadas por profesionales en RRHH que motive a los colaboradores mediante todos los elementos que mencionamos; y a la vez tenga siempre presentes los objetivos de negocio de las empresas.  

En nuestra experiencia, estas son las tres claves para mejorar el clima laboral:

  • Motivar al equipo mostrando que se reconoce y valora el trabajo y los resultados que han logrado.

     
  • Mejorar la comunicación entre las distintas áreas, jerarquías y grupos generacionales. La comunicación empática, que considera las percepciones y necesidades de cada generación, ayuda a reducir conflictos y genera armonía.

     
  • Impulsar los lazos de amistad en el equipo. Para la mayor parte de los trabajadores, el vínculo con sus compañeros es esencial para su bienestar dentro de la empresa. Citando de nuevo a Saint-Exupery y su frase sobre lo esencial, es la amistad lo que nos hace únicos. Promover el compañerismo hace que una organización sea única, y que signifique para el colaborador mucho más que un salario o un ámbito profesional.